Viaje en el tiempo

mayo 31, 2025

El reto

En la quinta sesión del año con la comunidad de Futuros Creativos, nos embarcamos —literalmente— en un viaje al 2035. Pero no lo hicimos a través de escenarios abstractos ni de tendencias frías, sino subidos a un DeLorean simbólico, guiados por una pregunta fundamental: ¿qué pasaría si realmente pudiéramos asomarnos a nuestra vida en un futuro plausible y cotidiano?

El objetivo no fue solo imaginar esos futuros desde una lógica estructural, sino también reconocer cómo nos transformaríamos en el proceso. Porque, como bien sabemos en los Estudios de Futuros, diseñar lo que viene no es solo un ejercicio técnico o sistémico: es una experiencia íntima que involucra nuestra biografía, nuestros vínculos y, sobre todo, nuestros hábitos más pequeños.

Para hacer este viaje, seleccionamos dos tendencias de nuestro Tendencetario que funcionan como portales especulativos hacia los futuros de la alimentación y la socialización: Extracto de Saciedad y Elixir Social. Ambas operan como recetas abiertas que nos invitan a problematizar la forma en que nos alimentamos y nos vinculamos, y a visualizar escenarios en los que esos actos cotidianos se resignifican profundamente.

La propuesta de solución

Para esta sesión no recurrimos a herramientas de ideación forzada, sino a una metodología introspectiva, casi narrativa: El Viaje en el Tiempo. Inspirados en la icónica trilogía Volver al Futuro, planteamos a las personas participantes un ejercicio de inmersión personal y colectiva en el futuro, articulado en cuatro etapas diseñadas para activar la imaginación, proyectar la transformación personal y, finalmente, anclar ese ejercicio en acciones concretas.

Cada fase del ejercicio tomó como punto de partida las dos tendencias seleccionadas, llevándonos a recorrer los posibles futuros de la alimentación y la socialización desde la lente de la cotidianidad, los afectos y los imaginarios colectivos.

Proceso

Paso 1 – Lo que tenemos en común

Antes de iniciar nuestro viaje colectivo hacia los futuros deseables, dedicamos un primer momento a reconocernos como comunidad. Esta vez, lo hicimos a través de un ejercicio simple pero profundamente revelador: formar parejas y descubrir al menos un elemento que tuviéramos en común.

Este gesto, en apariencia cotidiano, se convirtió rápidamente en un mapa simbólico de coincidencias, afinidades y puntos de partida compartidos. Lo que emergió no fue solo un listado —viajar, leer metafísica, el amor por el café, descubrir nuevos sabores— sino un punto de unión, de intereses, anhelos y modos de habitar el presente que, al hacerse visibles, fortalecen la posibilidad de imaginar futuros desde lo colectivo.

Reconocer lo que nos conecta hoy, aunque sea mínimo o inesperado, es un acto fundacional en cualquier práctica de futuros. Porque imaginar lo que viene no parte de la abstracción, sino de los vínculos que ya estamos tejiendo.

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Para darle dirección al ejercicio, les pedimos que previamente exploraran las tendencias Extracto de Saciedad y Elixir Social, publicadas en el Tendencetario, nuestro laboratorio de señales y narrativas de futuros desde Blackbot.

Extracto de Saciedad: una tendencia que desnuda las fracturas emergentes en los sistemas de alimentación global. En un mundo donde el acceso a la saciedad ya no es un derecho, sino un privilegio segmentado, aparecen nuevos escenarios de exclusión y dependencia tecnológica. Desde los alimentos impresos y los nutrientes diseñados hasta los sistemas de control metabólico, esta tendencia nos confronta con una pregunta incómoda: ¿quién podrá comer bien en el futuro y bajo qué condiciones?

Elixir Social: una señal que explora la transformación radical de los espacios de socialización urbana. En un contexto de soledad epidémica y vínculos mediados por tecnología, emergen formatos alternativos que combinan intimidad, bienestar y autenticidad: bares sin alcohol, cenas colectivas, laboratorios sociales caseros. El Elixir Social no es solo una metáfora, sino una receta en construcción para revitalizar el encuentro humano.

🔍 Observación clave: aunque las dos tendencias parecen abordar ámbitos distintos —alimentación y socialización— comparten un trasfondo común: la urgencia de recuperar lo colectivo, lo cotidiano y lo situado como antídotos frente a la fragmentación, la hiperindividualización y las desigualdades crecientes. Ambas nos invitan a imaginar futuros donde la nutrición y el encuentro no sean privilegios, sino prácticas regenerativas, accesibles y profundamente humanas.

Con estas coordenadas, nos preparamos para iniciar el viaje.

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Paso 2 – El viaje comienza

Cada persona fue invitada a imaginar que se encontraba a bordo de un DeLorean y que, al activar su temporizador, era transportada exactamente diez años al futuro: 30 de mayo de 2035. En ese nuevo tiempo, cada participante debía explorar cómo lucía su vida cotidiana, particularmente en relación a los temas de alimentación y socialización, definidos por las tendencias Extracto de Saciedad y Elixir Social.

Los relatos emergentes fueron tan diversos como significativos:

Extracto de Saciedad:

Desde cocinas solidarias y huertos colectivos donde el acceso a la comida es un derecho garantizado y compartido, hasta sociedades fragmentadas donde los alimentos naturales se reservan solo para las élites y el resto depende de suplementos artificiales. Aparecieron también narrativas intermedias, como el uso de tecnología para seleccionar nutrientes personalizados, o la convivencia entre lo natural y lo sintético como un nuevo equilibrio alimentario.

Elixir Social:

Los futuros proyectados oscilaron entre escenarios profundamente comunitarios —casas de puertas abiertas, fiestas colectivas, sobremesas interminables— y visiones más distópicas donde la autenticidad de los vínculos se ve amenazada por tecnologías invasivas que graban y modulan nuestras interacciones. Pero incluso en estos escenarios de desconfianza tecnológica, emergieron espacios de resistencia: comunidades que privilegian el encuentro presencial, la conversación sin filtros y los rituales sociales simples como cocinar o compartir una bebida.

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Paso 3 – Reflexiona sobre tu viaje

En la tercera etapa, invitamos a las personas a mirar no solo el entorno futuro, sino su propia transformación. Les preguntamos: ¿qué cambió de ti en ese escenario? ¿Qué estás haciendo distinto? ¿Qué rol ocupas ahora en esa nueva configuración social y alimentaria?

Las respuestas reflejaron dos grandes corrientes de cambio:

En Extracto de Saciedad:

Algunas personas se reconocieron como parte activa de movimientos de soberanía alimentaria, cultivando sus propios alimentos y compartiendo saberes. Otras, en cambio, se percibieron atrapadas en un sistema de acceso desigual, resignadas a consumir nutrientes artificiales o a depender del Estado. También apareció con fuerza la nostalgia: por los sabores perdidos, los productos naturales escasos, y la necesidad de rescatar prácticas ancestrales frente a la crisis alimentaria global.

En Elixir Social:

Los participantes imaginaron versiones de sí mismos más abiertas, curiosas y conectadas, pero también más conscientes de los riesgos de las tecnologías mediadoras de lo social. La búsqueda de interacciones auténticas, de espacios seguros para conversar y compartir sin filtros, se convirtió en un eje transversal. Para algunos, esa transformación implicó superar la timidez, para otros, implicó convertirse en impulsores de comunidades de cuidado y conversación significativa.

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Paso 4 – Escribe un titular del futuro

En la cuarta fase, cada persona tradujo su visión personal en un titular noticioso, un pequeño fragmento de la historia que podría leerse en los periódicos del 2035. Los resultados fueron reveladores:

Extracto de Saciedad:

  • “Ricardo cosecha sus primeros tomates en el huerto comunitario.”

  • “La Nueva Alquimia del Maíz transforma la relación de América Latina con su grano ancestral.”

  • “Comienza la era de los nutrientes a la carta: bienestar y salud personalizada.”

  • “Terraforma: comunidades del Sur global rescatan alimentos extintos y conocimientos olvidados.”

Elixir Social:

  • “De la minoría antisocial a la mayoría silenciosa: nace la revolución de la conversación auténtica.”

  • “Cocinar en grupo se convierte en la nueva práctica de co-creación emocional.”

  • “La mesa recupera su lugar como espacio de unión, escucha y transformación social.”

  • “Del café tradicional al café personalizado: sabor, conversación y tecnología en una sola taza.”

Estos titulares no solo proyectaron futuros posibles, sino que condensaron anhelos, tensiones y contradicciones que habitan en nuestra forma actual de alimentarnos y vincularnos.

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Paso 4 – Da el primer paso

Finalmente, anclamos el ejercicio especulativo en microacciones concretas. Porque imaginar futuros sin transitar pequeños cambios cotidianos es quedarse en el plano de la utopía irrealizable.

Entre las microacciones propuestas destacaron:

Extracto de Saciedad:

  • Comprar un macetero y comenzar a cultivar hierbas.

  • Investigar los diez alimentos clave para la soberanía alimentaria en América Latina.

  • Conversar con la familia sobre los sabores de la infancia y su vínculo emocional.

  • Listar momentos en que la tecnología «roba» nuestra atención y buscar soluciones prácticas.

  • Iniciar los primeros apuntes del proyecto Terraforma, que busca mapear territorios y saberes agrícolas resilientes en la región.

Elixir Social:

  • Reunirse cara a cara con una persona cada día, priorizando el diálogo profundo.

  • Preparar mezclas de café experimentales en comunidad, respetando los distintos paladares.

  • Plantar y regalar hierbas aromáticas como gesto de conexión.

  • Crear encuentros sociales temáticos centrados en el intercambio auténtico.

  • Enseñar a cocinar, integrando relatos familiares y saberes ancestrales.

  • Dejar el miedo a conocer personas con visiones distintas y abrirse a nuevas conversaciones.

Presente

Resultado

Esta sesión no solo nos permitió asomarnos a futuros deseables o inquietantes, sino que evidenció algo más profundo: los futuros se encarnan. Se habitan desde los cuerpos, los hábitos y las relaciones. No basta con imaginar sistemas alternativos si no nos reconocemos como sujetos en tránsito, sujetos que cambian, aprenden y se implican.

Además, la metáfora del viaje en el tiempo permitió comprender que los futuros no son un salto brusco, sino un trayecto gradual hecho de pequeñas decisiones. Cultivar un huerto, cocinar en grupo, abrirse a una conversación, resistir la alienación tecnológica, son actos sencillos pero profundamente políticos que, sostenidos en el tiempo, materializan la transformación.

En Futuros Creativos seguimos apostando por una práctica de los futuros que no solo desafía los sistemas, sino que transforma las rutinas, los afectos y los vínculos. Porque sabemos que el futuro se cocina a fuego lento, en la sobremesa, en el huerto, en la conversación, y también en los actos íntimos de valentía cotidiana: plantar, escuchar, compartir, cuestionar.

No por nostalgia, sino por radicalidad. Porque es en esos espacios cotidianos —los que suelen ser ignorados por los discursos grandilocuentes del cambio— donde el futuro verdaderamente comienza a fermentar.

¿Qué es lo que piensas?

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